La isla de Creta es la mayor de Grecia y antiguamente fue el centro de la civilización minoica, que fue una de las más antiguas civilizaciones registradas en Europa. Situada en el mar Mediterráneo y dividida en cuatro regiones: Chania, Rethymno, Heraklion y Lassithi.

Abarca 8.000 kilómetros cuadrados y encontramos en ella playas paradisíacas como Balos o Elafonisi. También restos arqueológicos, así como pueblos pesqueros llenos de encanto y mágicas puestas de sol.

En este post daremos unas breves pinceladas de lo que se puede disfrutar en esta isla griega llena de diversidad.

Playa de Balos y Playa de Elafonisi

La belleza de la playa de Balos es espectacular. Se trata de una laguna de aguas cristalinas y poco profundas con tonalidades azules y verde turquesa. Playa salvaje y para llegar a ella deberás descender una fuerte pendiente.

En cuanto a la playa de Elafonisi que tiene idénticas sensaciones como las que despierta la playa de Balos, sí que cabe destacar de manera especial su arena de color rosado claro. Aguas de una nitidez que sorprende. Esta playa se encuentra al suroeste de Chania y pertenece a la Reserva Naturar de Lafonisi.

Isla de Gramvousa en Creta

En el caso de que a la playa de Balos accedas con el barco que sale a diario desde el puerto de Kissamos, pararás en la isla de Gramvousa, la cual es inaccesible de cualquier otra forma. Esta isla tiene una playa espectacular y una fortaleza en lo alto con unas vistas que no debes perderte.

En Creta hay numerosos pueblos con un encanto único que visitar y en cuanto a las ciudades, a nuestro criterio la ciudad de Chania es la más bonita de la isla. Tiene aeropuerto internacional con lo que el acceso es relativamente sencillo. Una vez en el aeropuerto lo recomendable es ir en automóvil a cualquier lugar para poder explorar la isla o parte de la isla a nuestro antojo.

Sin lugar a dudas Creta tiene mucho que ofrecer y es un destino turístico de lo más recomendable para visitar.

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