Islandia, una joya oculta en el norte del Océano Atlántico tiene incontables paisajes. Desde el típico paisaje volcánico islandés hasta glaciares, playas de arena negra, ríos glaciares y campos de fumarolas.

Conozcamos en primer lugar como se formó Islandia. Su ubicación no es resultado del azar, sino que es consecuencia de las fuerzas de la naturaleza que se unen en ese punto. Bajo el suelo islandés encontramos los bordes de dos placas tectónicas: la dorsal meso atlántica formada por la placa norte americana y la placa euroasiática. Este dorsal es de tipo divergente que significa que en vez de unirse, se están separando. Al estar en constante movimiento, con una actividad sísmica considerable, hay presencia de magma ardiente y altas presiones acumuladas a lo largos de miles de años. Todo eso sale a la superficie, y es así como se generó Islandia. Tras múltiples erupciones la lava se solidificó formando el territorio que hoy llamamos Islandia. Esta isla tiene 20 millones de años.

Cuevas y túneles de lava en Islandia

En Islandia podemos deleitarnos con paisajes únicos tales como las cuevas de lava. Tenemos la cueva Vatnhellir, o la Thirihnjukagigur, o la Lofthellir.

Montes de riolita en Islandia

Otro paisaje espectacular que admirar serían los montes de riolita con sus distintos colores tales como los montes de Ljosártungur, Landmannalaugar, Lonsoraefi o Hvanngil.

Playas de arena negra

La mayoría de las rocas de esta isla son precisamente de lava solidificada y es por ello que tienen un intenso color negro. Este tipo de playas no son las únicas en Islandia, pero son las más comunes, tanto que es difícil encontrarlas con arena dorada. Entre las playas más impresionantes destacamos las playas de Reynisfjara, Solheimasandur, Playa de diamantes, Stokksnes o Djúpalónssandur.

Glaciares

Os dejamos una lista de algunos de los glaciares más impresionantes que puedes visitar: Vatnajökull, que es el mayor de toda Europa, Langjökull, Hofsjökull, Eyjafjallajökull…

Auroras boreales

Aunque no son formaciones geológicas, sí que forman parte del paisaje islandés. La estampa que producen sobre el paisaje islandés estas luces mágicas, hacen de Islandia un paraje inigualable.

Sin duda Islandia es un destino que al menos una vez en la vida deberías visitar para disfrutar de la grandiosidad que la naturaleza puede ofrecernos. ¿Te lo vas a perder?

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